A lo largo de la última década, hemos aplicado una serie de adaptaciones climáticas para reducir los riesgos físicos. Estas medidas incluyen proyectos para mejorar el almacenamiento y el tratamiento del agua, la escorrentía de manantiales y estrategias para mitigar inundaciones, así como también estrategias para reducir el consumo de agua dulce.
También hemos colaborado estrechamente con socios de la industria para apoyar las normas de adaptación al clima de toda la industria. Esto incluye la asociación con el Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), que ha sido líder en el intercambio de mejores prácticas. El ICMM apoya la mejora y pone a disposición del público los aprendizajes a través de informes. Además, colaboramos estrechamente con la Asociación Minera de Canadá (MAC) en la elaboración de orientaciones normalizadas para la gestión de los impactos físicos del cambio climático en la industria minera, que apoyan el protocolo actualizado sobre el cambio climático del programa Towards Sustainable Mining (Hacia una minería sostenible) de la MAC.
Este trabajo nos ha ayudado a desarrollar herramientas para incorporar el cambio climático a las evaluaciones climáticas existentes y ha apoyado la mejora de los modelos climáticos y un enfoque más sólido para la identificación y gestión de los riesgos relacionados con el clima.
Por ejemplo, en nuestra explotación de Highland Valley Copper tenemos una estrategia de gestión del agua de escorrentía de los manantiales para proteger infraestructuras clave; también hemos realizado análisis del cambio climático para contribuir a los planes de adaptación a largo plazo de la mina. Y en nuestras operaciones en Chile, hemos implementado proyectos para reducir nuestro consumo de agua dulce en respuesta a las posibles limitaciones de disponibilidad de agua debido a futuras condiciones climáticas.